sábado, 5 de noviembre de 2011

England - England

Están rugiendo el legendario “England – England”, beben cerveza, tratan de besar de “prepo” a cada chica que les pasa cerca, le muestran el trasero a los automovilistas cuando los frena el semáforo en rojo, se pelean por cualquier cosa.

Son los “Hooligans”, los equivalentes a nuestros Barra Bravas.

Ya coparon la única tribuna cabecera e instalaron sus banderas en el borde de cemento. Todas las inscripciones de cada club o ciudad inglesa. Dicen Chelsea, Manchester, Liverpool, Burnley, Watford, West Ham, Sunderland, Arsenal, Southampton, Leicester, Nottingham, Leeds United…Visten pantalones cortos o vaqueros sucios y gastados, y casi todos lucen camiseta con los colores azul, rojo y blanco del Reino Unido. Vestían…ahora la mayoría de los torsos están descubiertos mostrando carnes muy blancas con impresionantes tatuajes de temas diversos: el león británico, el escudo de la “The Football Association”, el nombre de alguna chica y el del equipo favorito. Tatuajes que ocupan espaldas o brazos enteros. El “England – England” sigue tronando y la cerveza se consume dentro del estadio en vasos descartables, pero provocando el mismo efecto descontrolado. Muchos se bajan los pantalones mostrando también sus genitales. Son indeseables, peligrosos…
Son los “Hooligans”

Después del Fútbol.

Inglaterra perdió 1-0 contra Portugal sin merecerlo pero sin hacer gran cosa tampoco.
Cae la noche sobre Monterrey y, como desde hace 15 días, los ingleses inundan las calles céntricas, en especial las arterias donde están los hoteles y centros nocturnos. Las transforman en peatonales a la fuerza caminando, sentándose y hasta acostándose en ellas  con sus inseparables botellas de cerveza que, además no están caras: 50 centavos de dólar. Buscan embriagarse, alguna chica fácil y, en lo posible, alguna pelea. Para eso están provocando constantemente.
La calle Hidalgo esta copada por los Hooligans. La tarea es entrar a un bar, pedir cervezas, verlos actuar, fotografiarlos y, si se puede, hablar con alguno de ellos. Nos vamos con Helbert Lash, un amigo norteamericano de la United Press Internacional. El no necesita la nota, pero le gusta la idea. Elegimos “La Mansión”, un gran salón de billares donde están tomando y gritando unos cuarenta Hooligans, se supone, son los mas peligrosos.
Pedimos cerveza, pero nos cuesta llegar al mostrador. Esta copado por ellos, que se abalanzan sobre las botellas. El despacho de bebidas esta en un corredor muy angosto, atestado de Hooligans que meten miedo. Uno nos choca de frente y nos eructa en la cara. Otro viene totalmente borracho tambaleante con los ojos perdidos. Es un pibe que no llega a los veinte años, rubiecito con un pantaloncillo corto como única vestimenta, todo tatuado, de atrás y de adelante. Parece increíble que pueda ser uno de estos vándalos. Hay un gordo que si lo viera Porcel se consolaría. Tiene la cara sudada, grasienta y muy colorada…Una cerveza en cada mano y una bufanda blanca y roja como único abrigo desde la cintura para arriba. Esta serio y callado, no dan ganas de molestarlo.
Recibimos las cervezas y vamos al salón donde toman la mayoría. Están parados sobre las mesas y las sillas. Siguen gritando y riendo. Humberto Speranza se acerca y comienza a sacarle fotos. Al principio les gusta, posan alegres y levantan las copas. Hasta que se dan cuenta que no es la foto de un simple turista y entonces uno le hace un gesto muy duro con su dedo mayor hacia arriba, lo mira fijo y le dice; “Andate a la m… hijo de p…”. No hace falta más. Los tres decimos lo mismo “vamonos”.
Volvemos a la calle. Uno vestido con pantalón y remera de la bandera de Gran Bretaña esta besándose con una morocha como si estuvieran en plena luna de miel. Hay quienes bailan por la calle. Un ingles con bermuda de colores y sombrero se besuquea con dos chicas que están adentro de un volkswagen. Tenemos ganas de hablarle y proponerle la nota, pero no nos decidimos, el ambiente esta pesadísimo y si reacciona mal puede haber problemas. Ellos actúan por contagio. Uno empieza a pelear o romper algo y los demás lo siguen. Pero además del volkswagen hay una camioneta policial y eso nos anima. Lo abordamos pero aparecen dos más. “¿Que pasa?” preguntan. No parecen peligrosos.

Confesiones y denuncias

Se presentan como Joel, Tony y Tommy. “Nosotros somos del Liverpool – dice Tommy – Tony y yo somos simpatizantes del Liverpool y Joey del Everton, los rivales de la misma ciudad, pero no hay problemas, somos amigos. Vamos a todas partes, pero no causamos líos, no somos “Hooligans”. Vinimos aquí como parte de un Tour”.
“Nosotros nos pagamos los viajes, no como ellos”, agrega Joey. ¿Quienes son ellos?, preguntamos. “Los Hooligans, ellos, no trabajan – el que habla es Tony – los mantiene el Frente Nacional, que es un grupo político ultra nacionalista que les paga para que hagan disturbios y desestabilicen al gobierno. Ellos quieren echar a todos los negros de Inglaterra, por eso la consiga es “There aint no black in the union jack” (No hay negros en nuestra bandera). Además no quieren que ingrese a Inglaterra ningún articulo importado para que se equilibre la balanza de pagos. Por eso destruyen o echan pintura a los autos Japoneses. Es un grupo de fanáticos muy peligroso”.
“Con los negros están obsesionados. Hace unos días compartieron un vuelo con la Selección de Inglaterra por Estados Unidos y en el medio del viaje quisieron agredir a John Barnes y Vir Anderson, los dos negros del equipo, se armo un gran escándalo y debieron luchar mucho para salvarlos de que los golpeen, están locos con esto de los negros”, señala Joey.
Barnes es un volante Jamaiquino del Walford y Anderson un defensa central nacido en Nottingham que actúa en el Nottingham Forest. Ambos pertenecen al equipo de Robby Robson.
-¿Quiénes son los “Hooligans”?¿Cuantos son?
-Son unos pocos, quizás cien dentro de los tres o cuatro mil que vinimos.


1 comentario:

  1. Este texto es de una revista El Gráfico de aquella época. Hay que citar la fuente.

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